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La primera sala acoge objetos de piedra de distintas épocas, entre los que destacan un ara romana en mármol; dos laudas sepulcrales con relieves episcopales del siglo XVI con superficie curva, por haber ocupado en su origen parte de la curvatura misma del muro en el ábside de la capilla mayor; una selección de monedas de muy distintas épocas, que pertenecen a la rica colección no expuesta de la Catedral; y una selección de pizarras visigóticas, procedentes de Lerilla, con grabados y numeraciones, que fueron legadas a la Catedral por la hermana del canónigo Serafín Tella.

La segunda sala esta dedicada a objetos relacionados con el culto, como son un terno rojo del siglo XVI, con bordados que representan diversas escenas evangélicas; varias cruces parroquiales entre las que sobresalen la de Monsagro y la de Atalaya, del siglo XIII, y las de Morasverdes y Aldehuela de Yeltes, del siglo XVI; un báculo del siglo XIII, con esmaltes de Limognes, cuyo valor fue descubierto al cierre de las Edades del Hombre; un libro, que se tiene como el "Libro de Horas" de Isabel la Católica, impreso en 1504, con abundantísimos grabados. También se puede admirar un frontal enmarcado con el escudo de la catedral bordado en el siglo XVI

La tercera sala está en la planta superior y está dedicada a la escultura. En ella brillan de forma especial los crucifijos de marfil del siglo XVI y de origen filipino; una imagen de san Francisco de Asís, del siglo XVII, que estuvo en la iglesia de Pastores y que es de la escuela andaluza; una imagen tardorománica de la Virgen con el Niño del siglo XIII; un Cristo Salvador, de Gil de Ronza, de principios del siglo XVI y un busto de Jesucristo "Ecce Homo", del siglo XVII, de la escuela castellana.

En la última sala, dedicada a la pintura se pueden ver al "Llanto de Adán y Eva sobre Abel muerto", que es un cuadro de origen italiano del siglo XVII muy original por el tema y magnífico por la perfección de todos sus personajes; a "San Miguel Arcángel" de A. Esquivel, de mediados del siglo XIX; el "Sacrificio de Isaac", copia anónima de Caravaggio del siglo XVII y a "San Pablo" de Remesal, del siglo XVII. Remesal pertenecía a una familia de artistas radicados en Ciudad Rodrigo y que dejó su firma en la espada del apóstol.

Al final del museo, y con forma de epílogo para la añoranza, se ha colocado la reproducción de las tablas que formaron el retablo de Fernando Gallego, que llenó el testero de la capilla mayor y que en la actualidad esta en Estados Unidos. A ella se une la presentación en audiovisual, que permite admirar la originalidad en la representación de las escenas bíblicas.