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En este espacio se guardan los grupos escultóricos de la Crucifixión y el Descendimiento, cuyas dimensiones son tan impresionantes que verlos salir y entrar de la capilla, durante las procesiones de Semana Santa, resulta todo un espectáculo.

De los muchos edificios que pertenecían a la cofradía de la Quinta Angustia y Soledad de Nuestra Señora, el salón de pasos, construido en 1664 es el único que se conseva y mantiene su primitiva función, la de albergar los pasos grandes.

Ambos conjuntos, fueron encargados por la cofradía de la Quinta Angustia en el siglo XVII. El de la Crucifixión se encarga en 1673 al escultor Andrés de Oliveros Pesqueray en 1694 es reformador por Tomas de Sierra. El grupo del Descendimiento fue encargado en 1663 al escultor vallisoletano Francisco Díez de Tudanca, siguiendo el modelo del de Gregorio Fernández para la Vera Cruz vallisoletana.